jueves, 20 de febrero de 2014

Estado mental en remisión progresiva del encanto. 
Pero es apenas recordar el sueño y mi alma se encoge y el corazón en un puño golpea con fuerza al estómago, y caigo de rodillas con la mirada perdida y húmeda., y lo advierto. El vapor del pantano donde descanso,  antaño claro lago nido de peces, almohada de verdes hojas, paisaje de mis ojos y los suyos, musa de mis cuadros. La sombra caída, el agua hecha gris sobre negro, y sauces muertos llorando ramas secas que caen interminables hacia el olvido sin luz. Allá donde debiera estar el agua clara, allá donde nada se distingue y todo perece estático, allá donde se para el tiempo.
De rodillas sobre el pantano, descanso a varios centímetros del agua, sobre el rocío gris del alba eterna. Mis rodillas sin respuesta, mis manos sin respuestas, mi boca no responde y mis ojos no están ya. Mi mente es esa nube gris fría de rocío, esa niebla espesa y húmeda sin principio ni fin, sin principios ni finalidad, sin voluntad ni ánimo; sin estado. Soy una naturaleza muerta atrapada en la dimensión de su recuerdo, en un constante y yerto llanto seco. Ni tiemblo ni caigo. ¿Cómo llegué aquí? ¿Cuándo se tornó el amor en cárcel? ¿Cuándo se fue la luz? Se fue con ella. Ella es, y no está ya; se fue el sol con la estrella, y quedó esta niebla, sobre el prado sin hierba, tierra seca, piedra, y hierro.

Despierta.

domingo, 16 de febrero de 2014