sábado, 3 de mayo de 2014
De razas y sexos.
Ni reconocer la existencia de razas es racismo, ni reconocer las diferencias entre los hombres y las mujeres machismo.
El discurso de "la única raza es la humana" y "los hombres y las mujeres son iguales" es un discurso de una enorme condescendencia y conmiseración extendido por gran parte de la izquierda progresista, que o bien lo sostiene por temor a la represalia ortodoxa de sus iguales, o bien porque no ha comprendido que la única riqueza posible para el ser humano es su diversidad.
Sobre la igualdad.
Nuestro mundo ofrece diversidad de sexos, razas, culturas, tendencias sexuales, condiciones físicas y condiciones sociales (por hablar de aquellas cualidades que no elegimos directamente o que nos vienen dadas al nacer). En este sentido, hablar de igualdad en cualquiera de estos ámbitos se torna una afición peligrosa, pues cuando dos objetos (A y B) son idénticos, se dice que éstos son iguales entre sí, mas cuando no lo son por completo, la tendencia natural es igualar el uno al otro, es decir, A es igual a B, o B es igual a A, y esta es una diferencia radical de método.
Ojo a los tropiezos.
(Ojo a la condescendencia involuntaria.)
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