martes, 9 de diciembre de 2014


En este mundo todo debe ser valorado como subjetivo, y por tanto, como arte.


miércoles, 8 de octubre de 2014


Madre Natura se cansó de llorar y muda la sangre de sus ojos rojos
al blanco de sus dientes...


Creencia


Lo hermoso e interesante de la creencia, por oposición a la sapiencia, reside precisamente en ese velo de incertidumbre que cubre todo conocimiento sensible. La certeza de que todo razonamiento lógico quedará varado en algún punto, y que la presunción de ignorancia descansará en adelante como poso de todo descubrimiento nuevo. Y pese a ello, pese a que nuestros pies puedan parecer levantarse del suelo y caminar sobre lo intangible, sabremos que el paso es firme y sabio, pues viajamos a lomos de gigantes, a lomos de la Madre Tierra.



miércoles, 17 de septiembre de 2014

Entre tú y yo sólo falta tiempo.


Nadie quema un país que ama.


El tiempo se acorta. Los huesos y los músculos se resienten. Persigo vestigios y consigo momentos frescos. También hay horas muertas, giros tuertos y gritos sordos. Hay comienzos que no terminan de llegar; actos y trámites que avanzan sin moverse, como no queriendo avanzar.
Algo no encaja.
Será que sigo despierto.


sábado, 3 de mayo de 2014

De razas y sexos.


Ni reconocer la existencia de razas es racismo, ni reconocer las diferencias entre los hombres y las mujeres machismo.
El discurso de "la única raza es la humana" y "los hombres y las mujeres son iguales" es un discurso de una enorme condescendencia y conmiseración extendido por gran parte de la izquierda progresista, que o bien lo sostiene por temor a la represalia ortodoxa de sus iguales, o bien porque no ha comprendido que la única riqueza posible para el ser humano es su diversidad.



La condescendencia es a la izquierda lo que la caridad al cristianismo.


Sobre la igualdad.


Nuestro mundo ofrece diversidad de sexos, razas, culturas, tendencias sexuales, condiciones físicas y condiciones sociales (por hablar de aquellas cualidades que no elegimos directamente o que nos vienen dadas al nacer). En este sentido, hablar de igualdad en cualquiera de estos ámbitos se torna una afición peligrosa, pues cuando dos objetos (A y B) son idénticos, se dice que éstos son iguales entre sí, mas cuando no lo son por completo, la tendencia natural es igualar el uno al otro, es decir, A es igual a B, o B es igual a A, y esta es una diferencia radical de método.
Ojo a los tropiezos.
(Ojo a la condescendencia involuntaria.)


sábado, 8 de marzo de 2014

¡Lástima de la seducción!, terrible arma caída en el olvido de la vergüenza, del pudor y el oprobio, allá con aquello que algún día llamamos feminidad: la belleza, la astucia, el encanto, el embeleco… ¡Ah!, quién osara usar estas armas ahora, pudiendo enarbolar la robustez y la tosquedad imperios del hombre, y blandirlas en su terreno, y demostrar de una vez la igualdad hacia este. Igualdad hacia, igualdad para, igualdad osada del sumiso hacia su amo, igualdad rogada, igualdad de humo…


jueves, 20 de febrero de 2014

Estado mental en remisión progresiva del encanto. 
Pero es apenas recordar el sueño y mi alma se encoge y el corazón en un puño golpea con fuerza al estómago, y caigo de rodillas con la mirada perdida y húmeda., y lo advierto. El vapor del pantano donde descanso,  antaño claro lago nido de peces, almohada de verdes hojas, paisaje de mis ojos y los suyos, musa de mis cuadros. La sombra caída, el agua hecha gris sobre negro, y sauces muertos llorando ramas secas que caen interminables hacia el olvido sin luz. Allá donde debiera estar el agua clara, allá donde nada se distingue y todo perece estático, allá donde se para el tiempo.
De rodillas sobre el pantano, descanso a varios centímetros del agua, sobre el rocío gris del alba eterna. Mis rodillas sin respuesta, mis manos sin respuestas, mi boca no responde y mis ojos no están ya. Mi mente es esa nube gris fría de rocío, esa niebla espesa y húmeda sin principio ni fin, sin principios ni finalidad, sin voluntad ni ánimo; sin estado. Soy una naturaleza muerta atrapada en la dimensión de su recuerdo, en un constante y yerto llanto seco. Ni tiemblo ni caigo. ¿Cómo llegué aquí? ¿Cuándo se tornó el amor en cárcel? ¿Cuándo se fue la luz? Se fue con ella. Ella es, y no está ya; se fue el sol con la estrella, y quedó esta niebla, sobre el prado sin hierba, tierra seca, piedra, y hierro.

Despierta.

domingo, 16 de febrero de 2014

jueves, 9 de enero de 2014

Disfrazar lo incomprensible de exótico. Vestir de intención al inseguro. 
Hipnotizar al pusilánime. 
Hacernos creer el sinsentido de su sinrazón, 
lo absurdo de su inconsciente a la deriva. 
Su orgulloso norte perdido. La soberbia del efectista. 
La pretensión del comunicador errante, y su afasia intelectual crónica. 
El amago, el atrevimiento del ridículo. Su inmunidad política. 
Transgredir en cauce. Revolución de bar en galerías. 
Ropas raídas y discursos rotos. 
Círculos onanistas, cadenas de Narcisos y Edipos abandonados. 
Fantasmas de servicio, al servicio de ideas siervas de sus propios vicios. 

Pero insisten en que lo veas. 
Tu, ignorante del mundo, vaga masa, pobre carnal, despierta. 
He aquí la esencia de lo intangible, ésta es. Y te la muestran, y te lo explican. 
Y ciego es aquel que no ve en sus deshechos el hecho consumado, 
el cáliz nuevo, su razón de ser. 
Y el precio a pagar por tu ceguera es socialmente agrio, 
y asentir apenas es nada. 
Y de asentir asintiendo el vacilante se hace autómata. Y otro altavoz al dogma. 

Empero, hay quien aún ve lo que ve, y quien confía su juicio al tacto, 
y entre tanta falsedad y engaño, hay quien no se deja estafar. 
Ni oros, ni piel, ni paños. 
Jodidos emperadores desnudos galopando por su hábitat. 
Salid al barrio, os esperamos, el humilde, el asfalto y yo, 
con dosis de realidad tangible 
y balas para unos cuantos...



Náuseas petrificadas en la garganta. 
Piedras negras en el pecho. 
Líquidos diuréticos envenenados.
Ansia de vida. 
Sed de muerte. 
Angustia. 
Desidia y abandono. 
Ácido amargo del paladar. 
Tos. Gris bilis. Ojos rojos.

Hay quien se sabe muerto y elige su mejor traje, 
y hay quien se arrastra sangrante hacia ningún sol naciente, 
hacia el mismo puerto. 
Y ningún alma emerge de ningún cuerpo, 
muere en en la misma foto, 
en el mismo y preciso instante, en el mismo encuentro, 
en el retrato último e inmortal del hombre yerto.





Tuvimos que erigir instituciones, imperios para aplacar el poder de su magia. Pero fue imposible. La suya es brasa viva invencible, perenne, inapelable.
De modo que las educamos para odiarla...