Me quedé en aquel
espacio
entre mis labios y
los tuyos,
aquel espacio lleno
de sombras
donde la poesía se
pierde.
Apenas un giro,
una intención,
un gesto,
apenas nada
y estaría allí,
en el rojo tuyo.
Pero giraste en
contra, misterio,
y yo varado en
tierra de nadie, o de los dos,
vacío oscuro, donde
sólo yace la espera,
esperando.
Lugar sin tiempo
sin distancias
salvo la tuya,
que ya ni siquiera
es.
Lugar sin luz
sin rastro
salvo tu esencia,
que ya ni siquiera
queda.
Varado en el gesto
que no hiciste
aún en él, silencio
denso
aún en él, entre sus
sombras fósiles
aún en él,
perdido,
y tú,
perdida,
y perdidas las
letras y los versos,
y perdida la poesía
que volverá contigo,
misterio,
si es que un día
vuelves.