martes, 20 de junio de 2017

Utopía para C.


“…y estaremos los dos. No sé aún dónde. Quizá en alguna calle peatonal de la Vila de Gràcia, en Barcelona, al caer la tarde, camino de algún cine pequeño donde ponen aquella nueva película de la que nos hablaron tan bien. El cine tendrá otra dimensión entonces, más sentido, y tendrás que añadir ahora el componente embelesado al juicio de la belleza en el nuevo cine independiente. Y serás más transigente ahora, y más permisiva, y te cabrearás por ello. Tengo que ser seria, pero ya eras poesía antes de este amor ficticio, y poesía eres ahora entre mis brazos, y yo el poeta perdido en tus ojos que se cree Neruda, o Cernuda, o Pedro Salinas. Y escribiré el mundo entonces. Construiré Roma y la cubriré de magia, y cuando esté lista y sus gentes sean poemas esperando la mirada que los signifique, te la regalaré y será tuya, y tú le darás sentido y tú escribirás su historia, en tus ratos libres con la tesis, en el cuaderno que te regalé y sobre el escritorio antiguo que vino con la casa y las cosas que sabrá. Y lo que allí escribas será oro y se hará real en alguna parte, en algún rincón del vasto mundo que ahora se abre ante nosotros. Y tus ojos negros me mirarán de media luna y me sonreirán. Y en ese momento sólo sabré que no quiero nada más en la vida que seguirlos allá donde me lleven.”