martes, 4 de julio de 2017

Y por el camino encontré siete angeles blancos, como siete estrellas, mientras conversaba sobre nada con mi sombra, y me olvidé de ella, la perdí de vista, de oído, la perdí del todo. Mis pupilas se abrían en lugar de cerrarse a su luz, que no era de Sol sino de Luna, y quizá por eso la nostalgia, el dolor con el placer mezclado, la marea en el pecho, el mareo en el alma. Las miré tanto como pude, intentando absorber sus tonos, sellar el cuadro en mi memoria, como siempre, esfuerzo en la paz del milagro, tensión mental en el momento sensible. Renuncia de la contemplación por una pretensión errática de eternidad malentendida. Perderse el regalo, ¿para qué? Apenas una imagen fantasma ahora, un reflejo de agua turbia. Una pintura pobre, hecha de ambición y anhelo, que se perderá mañana.

2 comentarios:

  1. Gosto de tuas imagens,tua criatividade, sensibilidade. Um pouco de sonho perdido na teia da realidade. Voltarei.

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