miércoles, 8 de octubre de 2014

Creencia


Lo hermoso e interesante de la creencia, por oposición a la sapiencia, reside precisamente en ese velo de incertidumbre que cubre todo conocimiento sensible. La certeza de que todo razonamiento lógico quedará varado en algún punto, y que la presunción de ignorancia descansará en adelante como poso de todo descubrimiento nuevo. Y pese a ello, pese a que nuestros pies puedan parecer levantarse del suelo y caminar sobre lo intangible, sabremos que el paso es firme y sabio, pues viajamos a lomos de gigantes, a lomos de la Madre Tierra.



1 comentario:

  1. Que belleza hay en todas y cada una de tus palabras, que han desvelado un secreto muy importante: el por qué tantas veces recurrimos a la creencia antes que a la verdad, sabiendo que todo tiene una respuesta, un razonamiento lógico.
    Pero claro, nos asusta.
    Nos asusta porque una vez descubierta ya no hay vuelta atrás. Y solo hay una respuesta. A veces preferimos ignorarla, resistiéndonos por descubrirla, porque así no se acaba la esperanza, ni las nuevas ideas, ni la emoción, ni la creatividad.
    Somos ignorantes conscientes, porque —sabemos— que hay una explicación, pero no —queremos— conocerla.
    También ocurre que simplemente no podemos. Los seres humanos no somos tan grandes como para tener al alcance todas las respuestas del mundo. Y eso nos irrita, porque una cosa es saber que está ahí la solución a tus preguntas, y que tú, conscientemente no quieres saberlas. Pero cuando no puedes conocerlas...Nos las inventamos, y nos convencemos de que es cierta. Porque no queremos sentir que somos iguales que los animales, que la naturaleza que nos rodea...
    Porque como bien dices, caminamos sobre el mayor gigante: la Madre Tierra. La más ignorada.
    ¿Por qué?
    Porque ella es la verdad.

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